¿Merece la pena consumir productos ecológicos?

Productos ecológicos ¿merece la pena consumirlos?

Todos hemos podido comprobar cómo en los últimos años, las secciones dedicadas a la alimentación ecológica de los supermercados se han ido haciendo cada vez más extensas, a la vez que han se ha multiplicado el número de tiendas dedicadas a la venta (tanto in situ como on-line) de este tipo de productos.

España es uno de los países con mayor producción ecológica, sin embargo su consumo es mucho menor que en el resto de los países europeos. Cuando nos damos una vuelta por una de estas tiendas (que suelen ser de pequeño tamaño), es habitual ver muchos cereales, frutas, salsas, especias y un sinfín de productos cuya existencia desconocíamos…todo ello a un precio más bien alto, que nos hace preguntarnos cuáles son los beneficios que pueden aportarnos estos alimentos diferentes de los convencionales.

Para valorar si merece la pena su consumo o no, vamos a empezar analizando qué es un alimento orgánico o ecológico: es aquel que se obtiene sin el empleo de pesticidas, sustancias o aditivos químicos, y se produce con una serie de técnicas no contaminantes encaminadas a la protección del medio ambiente. Estas características les aportan una serie de ventajas con respecto a los alimentos convencionales:

  • Desde el punto de vista de seguridad alimentaria, se trata de productos que no contienen pesticidas, plaguicidas, antibióticos ni hormonas, sustancias que pueden perjudicar seriamente la salud del consumidor.
  • Por otro lado, se trata de alimentos que se producen en unas condiciones respetuosas con el medio ambiente y el bienestar animal. Por ejemplo, los huevos ecológicos proceden de gallinas criadas en libertad, respetando sus ciclos de actividad y de descanso, y alimentadas con piensos que a su vez proceden de la agricultura ecológica.
  • Finalmente, está la calidad: hay estudios que demuestran que estos alimentos tienen más cantidad de vitaminas, minerales, etc. que los “normales”, pero esto varía mucho de un tipo de producto a otro y no se puede extrapolar a todo lo ecológico. Por otro lado, cuando pensamos en un alimento ecológico, tendemos a imaginarnos una manzana perfecta y brillante, sin ninguna mancha ni rasguño. Pues bien, esto no suele ser así: tienden a ser mucho menos atractivos visualmente y su vida útil suele ser bastante menor.

No podemos afirmar que sean más nutritivos que los convencionales, tampoco son más bonitos y además su precio es algo elevado. Sin embargo, recomendamos su consumo por tratarse de una forma de producción mucho más sostenible con el medio ambiente que contribuye a preservar la biodiversidad y por lo tanto nuestro ecosistema, además de considerarlos mucho más seguros desde el punto de vista sanitario debido a la ausencia de residuos químicos.

¿Merece la pena consumir productos ecológicos?

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